La seguridad de datos es un tema de suma importancia que nos afecta a casi todos nosotros. Cada vez son más los productos tecnológicos que de una u otra forma deben ser tenidos en cuenta para temas de seguridad y que se están introduciendo en nuestra vida cotidiana, desde smartwatches hasta vehículos sin conductor. Ya ha llegado la era del Internet de las Cosas (IoT) y, por supuesto, de los hacks relacionados con IoT. Todos estos dispositivos conectados crean nuevas “conversaciones” entre dispositivos, interfaces, infraestructuras privadas y la nube, lo que a su vez crea más oportunidades para que los hackers puedan escuchar. Todo esto ha impulsado una demanda de soluciones y expertos en seguridad de datos que sean capaces de construir redes más fuertes y menos vulnerables.

Tendencias recientes han demostrado que los ataques de ransomware están aumentando en frecuencia y en gravedad. Se ha convertido en un negocio en auge para ladrones cibernéticos y hackers, que acceden a la red y secuestran datos y sistemas. En los últimos meses, grandes empresas y otras organizaciones, así como también usuarios particulares, han caído víctimas de este tipo de ataques y han tenido que pagar el rescate o correr el riesgo de perder datos importantes.

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